martes, 15 de marzo de 2011

El gato siamés

El siamés procede de Thailandia.
Su cuerpo es de tamaño medio, esbelto, largo, con cabeza larga y bien proporcionada, donde destacan sus ojos almendrados de un intenso azul y sus orejas erguidas, grandes, anchas en la base, formando un triángulo al igual que su cara triangular, y la máscara oscura sobre ella.
Las patas son largas, esbeltas, estilizadas, y las traseras son un poco más elevadas que las delanteras.
La cola es larga y según avnaza hacia la punta, se estrecha.
El pelo es corto, lustroso y suave.
El siamés se caracteriza por su pelaje de tono beige o gris claro, casi blanco, sin ser blanco puro, contrastando con los puntos oscuros de sus patas, orejas, nariz y cola.
Al nacer son blancos por completo, y a medida que van creciendo, sus extremidades se van oscureciendo. Ésto es por la temperatura corporal. Cuando están en el útero de la madre, están calientes, pero después, a medida que crecen, sus extremidades son las que pierden algo de temperatura y por eso oscurecen.
Son gatos muy activos, habladores, muy comunicativos con su dueño, buen compañero.
Los cuidados que requiere son mínimos, pero siempre agradecen los mimos y caricias.

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